Contrato Social por la Educación

Reflexiones | LA PANDEMIA ESTRUCTURAL QUE ENFRENTAMOS LAS MUJERES

LA PANDEMIA ESTRUCTURAL QUE ENFRENTAMOS LAS MUJERES

Patricia Galvez Z.

En el marco de las actividades de los 16 Días de activismo contra la violencia de género, por la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer el 25 de noviembre, es importante revisar la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran las mujeres en el país. Si bien  la crisis generada por el COVID-19 ha afectado de manera muy fuerte a las mujeres durante los meses de cuarentena, muchas de ellas se han visto obligadas a convivir con sus agresores, el ECU 911 ha reportado que recibe 300 llamadas diarias de emergencia vinculadas con violencia intrafamiliar desde que comenzó la pandemia del coronavirus y desde el inicio de la crisis sanitaria, estos es, en el período comprendido entre el 12 de marzo hasta el 6 de noviembre, lapso en el cual, a nivel nacional se registran, 70.439 casos de violencia intrafamiliar, sin que exista una respuesta efectiva de amparo legal, tal cual establece la Ley Orgánica Integral para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres. Evidenciándose, una total indefensión y la ausencia de mecanismos de cuidado en su salud sexual y reproductiva, en su salud mental, debido al colapso en que se encuentra el sistema sanitario.

Culminado el estado de excepción como consecuencia de la pandemia, la radiografía de la situación de las mujeres ecuatorianas, según la última Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (Enemdu), del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), publicada el 15 de octubre de 2020, expresa que el deterioro del mercado laboral ecuatoriano por la crisis económica que ya arrastraba el país, y que se agravó por la pandemia del Covid-19, golpea especialmente a las mujeres, en septiembre, solo el 26,4% de las 3,3 millones de mujeres que son parte de la población económicamente activa (PEA) en Ecuador tenían un empleo pleno. Por su parte, ONU Mujeres Ecuador, establece que el 45% de las mujeres del país ha perdido su trabajo. Antes de esta situación, la cifra del desempleo en ellas era del 10%. La mayoría de pérdidas se concentran entre las mujeres que estaban en trabajos ocasionales, relaciones comerciales o venta directa, de acuerdo al informe “Efectos de la emergencia sobre la vida de las mujeres: economía y cuidados”, realizado junto a Fundación Telefónica. El estudio señala, además, que 69 de cada 100 mujeres empresarias no han podido abrir sus negocios, mientras que el 76% indicó que se ha incrementado su carga de trabajo de cuidados en el hogar durante el confinamiento y la crisis. Estos datos evidencian la violencia estructural contra las mujeres.

Si bien desde el gobierno se han emprendido ciertas medidas de contención ante la violencia y la crisis que atenta contra la dignidad y la vida de las mujeres, no se ha logrado paliar eficazmente estas problemáticas. Todo queda corto, hay una deuda inmensa del Estado con las mujeres en el aseguramiento del Derecho a una vida libre de violencia.  6 de cada 10 mujeres ecuatorianas han sufrido en su vida algún tipo de violencia, el número de femicidios llega a 99 en lo que va del año, los datos evidencian la indefensión en que nos encontramos. Se identifica que los agresores en su mayoría tienen un vínculo directo con la víctima, no son casos aislados. 

Estos escenarios y estadísticas, nos muestran una enraizada cultura machista y discriminadora, que refleja el común denominador de los patrones de conducta naturalizados, que atraviesan la cotidianidad de nuestras vidas en la sociedad. Los problemas en torno a la violencia de género –en todas sus formas– obedecen a cuestionadas relaciones de poder, históricas, estructurales y sistemáticas, que requieren de respuestas integrales, el énfasis en la educación para promover los cambios de patrones culturales, y en superar la falta de operatividad de las instancias y organismos correspondientes para canalizar y atender a las mujeres víctimas de violencia de género.

En pocas palabras, los seres humanos somos seres sociales, adaptados a una cultura, que nos permite adquirir el conocimiento sobre normas y valores básicos para la convivencia social. La naturalización que vemos y vivimos de violencia contra las mujeres, nos hace funcionales a una cultura que nos es propia, la de la violencia y el machismo que es la pandemia estructural que soportamos las mujeres.               

                                                                                                                                             

 

 

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